Maria Luz Correa

María fue el corazón de su hogar, una mujer amorosa y dedicada que hizo de cada día un acto de entrega y cariño. Esposa ejemplar, madre incondicional e hija amorosa, María supo llenar de amor y calidez cada rincón donde estuvo.

Su mayor orgullo fue su familia, a quienes cuidó y apoyó con paciencia infinita y una sonrisa que siempre iluminaba los momentos más simples. Desde las comidas caseras que preparaba con amor hasta los consejos sabios y reconfortantes, su presencia fue el refugio y la fuerza de sus seres queridos.

Más que ama de casa, fue arquitecta de recuerdos entrañables y pilar fundamental en la vida de quienes la amaron. Su hogar siempre fue un espacio lleno de vida, risas y amor, donde todos se sentían acogidos.

María deja un legado de amor incondicional, sacrificio y generosidad, valores que su familia llevará consigo por siempre. Aunque ya no está físicamente, su amor permanece eterno en los corazones que tocó.